sábado, 26 de febrero de 2011

Recuerdos

Recordamos lo que queremos recordar. Captamos el alma en una fotografía. La guardamos para siempre. Tiempo después, te acuerdas del álbum del estante. Limpias el polvo como si se tratase de tu regalo más preciado. Lo abres y cada página es un momento, uno en el que piensas en las cosas buenas y malas que te ocurrieron, pensabas que eras lo suficientemente mayor... lo suficientemente madura. Lo único que quieres es volver atrás, aunque a los 10 años tu deseo era tener los 18, los 25, ser una de esas chicas independientes que paseaban su frescura eclipsando la calle. Si tan sólo hubiera deshecho ese pensamiento y hubiera disfrutado cada uno de los segundos de aquel día. A veces lo hacíamos, y es cuando sonreímos recordando. Primero tuvimos miedo de los monstruos, luego de las películas de terror que veíamos escondidas en la oscuridad de la habitación, más tarde de equivocarnos, de no llegar a ser la perspectiva, hasta que pasados unos años, nos damos cuenta que de quien de verdad tenemos miedo, es de alguien de quien no se huye con una sábana, es esa cosa que ni los amigos ni los héroes de las películas pueden ahuyentar, nadie puede ni lo hará. El tiempo... algo que de pequeños queremos que avance y de mayores, que retroceda. Pero el dejará caer la arena omiso a esos pensamientos.

1 comentario:

Beatriz Sanchez Hdez dijo...

mmm recuerdos.. tan buenos como malos..
hoy estoy filosofica
pero no escribiré nada más porque me da verguenza