domingo, 13 de febrero de 2011



Un día abres los ojos y piensas que la vida no vale la pena. Otro día los abres con las personas más maravillas de tu vida y piensas que sí. No todo depende de que el primer pie que toque el suelo sea el izquierdo, ni que de camino a clase se te cruce un gato negro, a pesar de todos los intentos de tu mejor amiga por espantarlo antes de que osara cruzarse. Pero en todo día, hay una planificación. Te levantas, desayunas, haces la cama, el instituto, estudiar, ver la tele... irónicamente, todo lo que siempre planeamos hacer minuto a minuto no suele pasar. Por ejemplo, ahora estoy escribiendo estas palabras, mientras debería hacer la cama; me debería haber levantado tarde, y lo he hecho a las ocho y media de la mañana; debería hacer la comida, y sin embargo me quedo estudiando historia... Mi horario va decayendo poco a poco en el olvido, en la nada, mientras dejo pasar a la luz de la improvisación y la locura. Pero, ¿a quién no le gusta? Todos necesitamos algo diferente cada día, distinto a la monotonía en la que nos sometemos. Siempre intentamos cambiar, desde el detalle más insignificante como las uñas hasta la propia personalidad <<Hoy seré más valiente, más tajante...etc.>> Y así es mi vida, algo no planificado que sinceramente, me encanta.

1 comentario:

Miriam dijo...

Es la monta Ampy, a todo el mundo
le encanta no planificar las cosas, pork
de verdad cuando se aprenden es cuando te ekivocas jeje se aprende la experiencia, te quiero guapisimo y los del gato...es mortal xD