viernes, 18 de febrero de 2011

El valor de un abrazo


Exijo que pares tu pasos y levantes la vista.
Bien hecho,
Ahora quiero que te enjuagues las lágrimas y que empieces a correr.
Deseo que extiendas tus brazos y te aferres a su presencia.
Ahora cierra los ojos, esconde tu rostro en su cuello, sonríe y respira. Deja que su perfume domine tus latidos, deja que su voz limpie tu alma.
 Solamente... deja que te abrace.

1 comentario:

Miriam dijo...

me encanta...y siendo una persona k lo a experimentado....es sencillamente perfecto