domingo, 31 de julio de 2011

Así de simple

Al igual que un diente de león. Todos somos iguales, todos somos esa ínfima parte de la cual formamos. Es inevitable, sin embargo, escapar del soplo de aire que nos llevará lejos, como es igual de imposible que las olas se rompan contra las rocas, y allá donde halla un tsumani habrán más desgracias, porque como decíamos al principio, todo forma parte de algo, ¿podemos deducirlo, no? Es como si todo fuera un gran título con subtítulos, y todavía hay gente que se cree que es la portada de la revista. Injusto y nada que hacer al respecto, parece ser. Pero no voy a dejar que eso me amargue la vida. Sólo habrá un soplo que desmorone el diente de león, y no voy a quedarme sentada a esperarlo. 

jueves, 28 de julio de 2011

No le busques el sentido, NO TENGO NI IDEA.

- ¡Apresúrate o llegaremos tarde!
Intenté caminar más rápido sujetándome fuertemente el tórax con mi mano incapaz de respirar y con un profundo flato. 
- Pero..., ¿a dónde... vamos... a estas horas... corriendo?-dije sin aire- ¿Está todo...
Mi amigo chasqueó con la lengua y se dio la vuelta para observarme con una enorme sonrisa en sus labios.
- Verás...-rió nerviosamente- No tengo ni idea.
- ¡¿Qué?! -estaba atónito. Paré de inmediato recuperando el pulso y él hizo lo mismo- ¡¿Entonces que narices estamos haciendo?!
- No tengo ni idea-volvió a reír- No tiene sentido, ¿eh? Todo esto es demasiado aburrido porque nunca nos salimos del margen...
- Pe-pero...- lo miré con los ojos como platos- ¡A tomar por saco! ¡Me voy a dormir!- aterrado, me volví a dar la vuelta sombríamente hacia mi amigo- ¿Dónde estamos?
- No tengo ni idea- y de nuevo volvió a reír.
- ¿Sabes que te voy a matar por esto, no?- repuse con jovialidad.
- Bueno...-se encogió de hombros- No es una novedad.

lunes, 25 de julio de 2011

Rumbo norte en las profundidades del hielo

Mis labios amoratados se despegaron pero no pude emitir ningún sonido, a penas un leve trague de vaho y un rechinar de dientes. Tumbada sobre el lago helado, sin poder llorar, con el rostro crispado en escarcha y los músculos entumecidos. ¿Me ves como yo te veo? A través del grosor del hielo, a penas 2 centímetros nos separan, esa fina capa de superficie. Yo respiro inconscientemente, un acto involuntario Tu te ahogas bajo mí flotando en el agua helada conscientemente, un acto inevitable. Mis párpados a penas se mueven, mi iris navega en busca de tu mirada perdida. Y no. Mi cuerpo no se convulsiona, no solloza, no da signos de tener corazón a pesar de que se asemeja a una colmena, al igual que tú, que sin dar signos tampoco, te hundes cada vez más y más en las frígidas profundidades de la linfa, hasta que al fin o para mi desgracia desapareciste de mi mapa de perspectiva. Y no. No dijiste adiós. Todo fue más transido que el paisaje que me rodea. Álgido e indiferente.

lunes, 18 de julio de 2011

Estrés

Me asfixiaba en mí mismo. Me retorcía estrujado por el fuerte abrazo de la desesperación, como si mil escamas de serpiente oprimieran mi interno. Así mismo, su voz de lengua bífida silbaba a mi oído sutilmente pero inexorable, elegante y fría, como si en vende sonido entre sus labios se filtrasen finas agujas de un dolor intenso. Se levantaba en mi el cansancio, se me bajaba el ánimo, mi corazón estaba listo para la letal mordedura. Primero silencio, luego cosquillas, finalmente me rechinaban los dientes y yo gritaba por dentro. En aquellos días bárbaros y retorcidos, tan estresantes que el sudor caía como lluvia por mi frente, no necesitaba cosa tan sencilla  que la mortal mordedura de serpiente. Fría y calculadora, pues sólo se limitaba a herirme, a regocijarse mientras me retorcía en mi mismo, y yo esperaba a que algo cambiase, a que las vacaciones debilitaran su existencia.

viernes, 15 de julio de 2011

Cúpula de notas mortales y solitarias

Así era su vida. Una dulce melodía que acaricia un pentagrama, cada nota que le hacía cosquillas en lo más hondo, cada cuerda que se tensaba y vibraba produciéndole un escalofrío que comenzaba en la yema de sus dedos. Cerraba los ojos y dejaba que cada sensación la llenara por dentro. Inspiraba y expiraba, una y otra y otra vez hasta que le ardían los pulmones, hasta que sus labios resecos suspiraran de nuevo con cada silencio marcando el paso de los compases. Y así, como ella misma, se unió a su instrumento solitaria a emprender un camino sinuoso y pobre, donde ambos se alejaron. Para siempre.

martes, 5 de julio de 2011

Reminiscencia de una infancia

Ella era una niña pequeña. Ella caminaba sola por el patio y miraba a los lados con los ojos abiertos pero su boca siempre permanecía cerrada. Por alguna extraña razón sentía como todo el mundo esquivaba sus pasos o simplemente se centraban en fingir que no estaba presente. Ella lloraba, se sentaba en una de las pistas del patio y buscaba con la mirada perdida una piedra con la que poder pintar el suelo y entretenerse un rato mientras los demás estaban con sus amigos. Ella era la primera a quien apartaban y la primera en ofrecer por compasión. Ella se preguntaba si en alguna ocasión algo cambiaría, si rezar o hablar con el espejo como si se enfrentase a los demás iba a solucionar la situación. Pero ella seguía llorando y aceptando las humillaciones como si fuesen latigazos, como si alguien se entretuviese ahogando su corazón. Y aquí estoy yo para volver atrás, para darle la mano y decirle que no haga nada de lo que pueda arrepentirse porque las cosas sí cambian, y lo hará una gran persona que en la vida olvidará. Por experiencia lo sé...

domingo, 3 de julio de 2011

Realidad

-Hola- te acercas y le das dos besos.
-Hola- te corresponde a los dos besos.
Un pequeño saludo acompañado de todo un día juntos. Compartiendo chistes, risas, miradas clandestinas y un palpitante corazón. Sin darte cuenta en tu cabeza empieza a formarse un futuro de los dos juntos, de cosas que podrían pasar, de alegrías, de tragedias que terminan con tu y él juntos. Sonríes ante la idea y piensas que esa persona ya es un tal vez o que incluso podría ser un para siempre. Los besos, las caricias, los abrazos, los reencuentros, las lágrimas... Entonces abres los ojos y miras a tu alrededor. No, no es un sueño, tu has conocido a esa persona, esa es la realidad... ese es el problema, en la realidad... todo se quedó ahí, en un futuro sin sentido que sabes que nunca ocurrirá. Y se te hace más nítida la idea de que nada de eso ocurrirá cuando pasan los días y su imagen se hace más borrosa, cuando casi desaparece.