sábado, 26 de marzo de 2011

Crisálida.

Me hallaba en medio de la nada, encerrada en una crisálida de cristal.  En ella, flotaban dos cajas cerradas con las que mi mirada oscilaba de una a la otra deliberando cual debía abrir. Sólo tenía una oportunidad, sólo podía decidir una posibilidad. A través del cristal que me envolvía, podía imaginarme mi futuro y las consecuencias que  traería. Pronto, muy pronto, lo único que vería serían cristales rotos, y la luz empezaría a bañar mi piel, la de una persona que se estaba haciendo adulta. Caminaría por senderos desconocidos abrazando la caja que había escogido. Lo qué no sabía, es que las dos cajas estaban vacías, y dependiendo de cual de ellas hubiera optado a elegir, la iría llenando de recuerdos, errores, o brevemente dicho, de mi vida. Aún así, aunque hiciera tiempo que hubiese abandonado mi cascarón, me sentía como si aún me protegiera mi crisálida de cristal.

jueves, 10 de marzo de 2011

Sólo una vez más... te lo suplico.


Envié cien mil palomas mensajeras y ninguna volvió. Inundé continentes con mis lágrimas pero la corriente no me llevo hasta ti. Dormí junto a tu lado mas nunca me acariciaste de nuevo. Un bloque de tierra nos separaba al uno del otro, y ahora me pregunto, ¿se superan todos los obstáculos? En mis quimeras más profundas fantaseé con decir tu nombre, pero los primeros rayos de luz siempre me arrebataron tu presencia y me fue imposible volver a esa fantasía onírica de la que tanto disfrutaba. Caminé por el mundo con los ojos vendados para no ver la tristeza y desolación que había conquistado hasta el lugar más recóndito de mi corazón, pero mi todo eres tú y no puedo evitar recordarte. Y tú, ¿me recuerdas? ¿recuerdas nuestra época de delincuentes? ¿cuándo tú me robabas los besos y yo el tiempo? A ti te capturaron y no volviste......no..... nunca volviste.