domingo, 31 de julio de 2011

Así de simple

Al igual que un diente de león. Todos somos iguales, todos somos esa ínfima parte de la cual formamos. Es inevitable, sin embargo, escapar del soplo de aire que nos llevará lejos, como es igual de imposible que las olas se rompan contra las rocas, y allá donde halla un tsumani habrán más desgracias, porque como decíamos al principio, todo forma parte de algo, ¿podemos deducirlo, no? Es como si todo fuera un gran título con subtítulos, y todavía hay gente que se cree que es la portada de la revista. Injusto y nada que hacer al respecto, parece ser. Pero no voy a dejar que eso me amargue la vida. Sólo habrá un soplo que desmorone el diente de león, y no voy a quedarme sentada a esperarlo. 

4 comentarios:

José Antonio del Pozo dijo...

Muy bonito post: eso somos, mínimas partículas perdidas en una inmensidad que no abarcamos, esperando el soplo creador -no el tsunami, plis- que nos haga volar, que nos ponga en marcha, que nos impulse sobre el horizonte.
Saludos blogueros

Anónimo dijo...

pues sí, todos somos parte de un algo y no podemos vivir ajenos y aislados!
besines

José Antonio del Pozo dijo...

Cierto,no quedarse sentado a ver desfilar el cadáver de tu enemigo, ni el tuyo propio. Just do it.
Saludos blogueros AmPi

Anónimo dijo...

hay algo curioso, a la vez que todos somos parte de una gran historia, también somos el personaje principal de nuestra propia película (hay excepciones, no faltan quienes son "extras" en sus propias vidas). Tocaste un tema que da para mucha refleción. Saludos.