lunes, 25 de julio de 2011

Rumbo norte en las profundidades del hielo

Mis labios amoratados se despegaron pero no pude emitir ningún sonido, a penas un leve trague de vaho y un rechinar de dientes. Tumbada sobre el lago helado, sin poder llorar, con el rostro crispado en escarcha y los músculos entumecidos. ¿Me ves como yo te veo? A través del grosor del hielo, a penas 2 centímetros nos separan, esa fina capa de superficie. Yo respiro inconscientemente, un acto involuntario Tu te ahogas bajo mí flotando en el agua helada conscientemente, un acto inevitable. Mis párpados a penas se mueven, mi iris navega en busca de tu mirada perdida. Y no. Mi cuerpo no se convulsiona, no solloza, no da signos de tener corazón a pesar de que se asemeja a una colmena, al igual que tú, que sin dar signos tampoco, te hundes cada vez más y más en las frígidas profundidades de la linfa, hasta que al fin o para mi desgracia desapareciste de mi mapa de perspectiva. Y no. No dijiste adiós. Todo fue más transido que el paisaje que me rodea. Álgido e indiferente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces estamos tan cerca y a la vez tan lejos...
besines

La sonrisa de Hiperion dijo...

Amiga, realmente bello.

Saludos y un abrazo.

M.mañes dijo...

como siempre horroroso ; P